El Día de Muertos es una festividad tradicional mexicana que se celebra los días 1 y 2 de noviembre, en la cual se honra a los difuntos y celebra la vida de quienes han fallecido. Aunque tiene raíces prehispánicas, se ha fusionado con las tradiciones católicas y es una festividad única en México que combina elementos religiosos y culturales.
La celebración del Día de Muertos se basa en la creencia de que, durante estos días, las almas de los seres queridos fallecidos regresan del más allá para visitar a los vivos. Se preparan ofrendas y altares en sus hogares, cementerios y otros lugares públicos para recibir a estas almas. Algunos de los elementos clave de esta celebración son las flores.
Las flores se utilizan en las ofrendas para decorar los altares y las tumbas, creando un ambiente acogedor y festivo para recibir a las almas de los seres queridos que han fallecido. Cada tipo de flor tiene su propio simbolismo y propósito, y en conjunto, crean una conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Esta festividad es una celebración de la vida y una forma de honrar y recordar a quienes ya no están físicamente con nosotros.
Cempasúchil: También conocida como flor de muertos o cempasúchil en náhuatl, es la flor más icónica de esta festividad. Su color amarillo brillante y su fragancia atraen a las almas de los difuntos hacia el altar. Se cree que el intenso color amarillo simboliza el sol y la vida, y su uso en el Día de los Muertos tiene raíces prehispánicas.
Flor de terciopelo: También llamada pata de león, es otra flor común en las ofrendas del Día de los Muertos. Su apariencia suave y esponjosa representa la fragilidad de la vida y la muerte. Se usa principalmente como complemento decorativo y trae confort durante el duelo por perder un ser querido.
Flor de nube: Estas pequeñas flores blancas son comunes en las ofrendas y se cree que representan el descanso y la tranquilidad de los fallecidos, especialmente para las almas de los niños.
Manita de obispo: Esta flor, también conocida como flor de San Francisco, es utilizada para decorar las ofrendas. Se considera un símbolo de luto y duelo, y su presencia en el altar recuerda a los fieles difuntos.
Crisantemo: Esta flor representa eternidad. En el Día de Muertos se utiliza más el color morado y habitualmente se utilizan en los panteones.
Alhelí: Tienen un aroma sin igual y son de colores morado, blanco, lila, púrpura, rosa y amarillo, la cual simboliza el aprecio por los recuerdos que se tiene del difunto y con las que se espera lleguen al descanso eterno.
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